por Gerardo Gómez Muñoz
El resultado tan amplio y abierto para Vilma Baragiola, previsible pero sorpresivo, por su contundencia, le quita ansiedad al comicio del 22 de octubre, porque desde ahora la ubica privilegiadamente de cara a la renovación municipal del 2019. Sólo un insomne perpetuo como Carlos Arroyo, puede delirar a la luz de las cámaras que lo sucedido era nada menos que “un contundente apoyo” a su gestión. Justo en un día de pleno sol en el que muchos marplatenses no pudieron salir de sus humildes viviendas porque un barro amasado y renovado semana a semana los tiene alejados de los colectivos y de cualquier otro transporte. Pese a que el deslenguado serial haya prometido, esta vez, que iba a lograr que camiones y unimog del Ejército los sacara de la incuria municipal. No hubo tal y por el contrario ni los empresarios del transporte concesionado y subsidiado cumplieron medianamente con el compromiso de trasladar gratuitamente a los votantes del domingo.
Tal vez el inefable jefe comunal haya creído que la visita del vicegobernador Daniel Salvador, para atenuar el tedio de un congreso técnico, era un mensaje de gobernadora María Eugenia para aliviarle la amargura del ninguneo permanente o una demostración de que había un radical al menos que lo elevaba a una alta consideración o en el sumum del delirio que, el gobierno provincial tenía dos cabezas.
El domingo a la noche, cuando en la borrachera del triunfo, en el local del macrista Juan Aicega, Arroyo enfiló hacia el escenario junto a sus dos únicos y confiables acompañantes -el hijo y el yerno- para abrazar a la vencedora a la que hace poco etiquetaba como infiel pidiéndole la renuncia; por el otro lado Maxi Abad y otros radicales prominentes, se bajaban sin disimulo, para no compartir la foto que cortés y piadosa Baragiola concedió. Obvio, Arroyo no está perdonado y por más que abunden, desde ahora, gestos de supuesta compostura y muestre la foto con el vicegobernador que a partir de su encuentro con el intendente, pasó a ser conocido (¿quién es ese al lado de Arroyo?), no está para el perdón ni para el protocolo.
Mariú, Baragiola y el “Topo”
No hay dudas que María Eugenia Vidal, Baragiola y el “Topo” Abad o “El Fresco” como han vuelto a llamarlo algunos viejos amigos que en estos últimos tiempos se han “reamigado”, son triunfadores de esta etapa inaugural de cara al 2019.
Mariú le enseñó al desvariado invasor de Normandía, cuyas arenas lo dejaron cocinado pero insepulto, cómo se copa una plaza por más grande que sea, como la 5a. sección electoral. La mayoría en la lista de senadores postergando a los candidatos de Massa y a los de Fernanda Raverta y La Cámpora, indica el acierto de su gestión. Ello se vio, principalmente, al advertir cómo escogió al hombre indicado para la tarea: Maximiliano Abad.
Algunos amigos del tiempo de Franja Morada y del tronco partidario, celebraban el domingo “el trabajo del Fresco Abad que en la 5a., roscó para abatir en Necochea al candidato del finado “Momo” Venegas y en Miramar -entre otros- donde aplastamos al intendente de Sergio Massa”. Destacaban también la tarea casi imposible de limitar los dislates mediáticos de Arroyo y de su multitudinaria parentela y la lluvia de designaciones carísimas e inútiles. Abundaron en detalles cómo se trabajó hasta llegar una apabullante victoria en la lista de senadores, donde ya hay tres de “Cambiemos” ubicados. Las loas concluyeron con la labor de entrelazar intereses con distintas vertientes en la Cámara de Diputados como estrecho colaborador del presidente del cuerpo Manuel Mosca y con el propio gobierno provincial en su función de representante de la UCR ante el gobierno de “Cambiemos”. Y no para ahí porque se menciona la frustración de la ambiciosa pretensión de Arroyo de tener como propia tropa al bloque venidero de concejales oficiales, donde él, a instancias de la propia gobernadora cortó, ventajosamente para la UCR, los bifes.
Massa, un perdedor, y Randazzo, peor
Puede sonar muy duro el adjetivo, pero no lo beneficiaría usar otro que, también calificaría duro “Massa defraudó.” Uno u otro califican la realidad a poco que se analice. Hace unas dos semanas una consulta reservada a una joven consultora -“hija de tigre”- sobre el panorama que ofrecía el cercano paisaje electoral, enriqueció a esta columna. Tras la aclaración de que no estaba realizando encuestas porque con un 30 por ciento de “no sabe, no contesta” y de indecisos no parecía muy responsable vender encuestas, la criteriosa María Eva Ayala brindó significativas percepciones.
Por ejemplo había constatado interesantes datos, por ejemplo “Massa, está bajo y perjudica a su candidato a primer a concejal y a su primer referente para el senado provincial”, Ariel Ciano y Juan Curutchet, respectivamente. El primero, entró sin holgura y el segundo con poco más el 14 por ciento quedó a distancia sideral del 20 por ciento requerido. Es decir el jefe político del Frente Renovador era arrasado por la polarización, fenómeno que mucho más notorio se dio en el plano de toda la provincia de Buenos Aires. Su poco más del 15 por ciento bonaerense lo dejó muy lejos de su ambición de protagonismo e indefenso ante el requerimiento de sus candidatos en diversas plazas.
Otro y que ni siquiera supo aprovechar la donación de la sigla PJ fue Florencio Randazzo que ni llegará al 7 por ciento y sólo cosechó victorias en su natal Chivilcoy cuna, también, del poderoso Magnetto y en Monte Hermoso. Acá tuvo tres listas de escasas adhesiones, pero colocó para octubre al ex concejal Fernando Maraude.
Un cambio ventajoso y otro no
La expulsión virulenta de los concejales Alejandro Carrancio y Lucas Fiorini del campo de Massa, propició que los integrantes del Grupo Crear aceleraran su acercamiento al ministro peronista de Cambiemos, Joaquín de la Torre. De entrada Fiorini comenzó a ser, especialmente considerado desde la gobernación y fue el acompañante del ministro veedor de los desatinos de Arroyo. Consecuentemente insertaron a Crear en Cambiemos, fue ubicado tercero en la lista de senadores no como uno más sino que está cómodamente instalado en sectores vinculados a la actividad electores. Con los votos logrados llega a la senaduría cómodamente. Y su elección le cae de perillas al gobierno porque logra mayoría propia en el senado provincial, cuando no la tiene en diputados.
Muy distinto es lo que le pasó a Juan Curutchet que fue senador electo con el kirchnerismo y el candidato más votado con el 35 por ciento, con 14 quedó lejos del 20 % base para la senaduría. Y la bicicleta todavía no tiene marcha atrás…
“Paliza” de la tijera
Con la simple recurrencia a los datos históricos el firmante vaticinó que la sectaria arbitrariedad de la diputada nacional Fernanda Raverta, de la mano de su par Máximo y de la peor Cámpora que discriminaron a cinco boletas del peronismo-kirchnerista, convocaría a “la venganza de la tijera”. Pese al enojo de fanáticos recién llegados, seguidores de la vieja “inquisición”, sucedió como los archivos lo certifican como en su momento el peronismo reaccionó ante el vandorismo burocrático, ahora la reacción fue “contra el vandorismo de izquierda”, como etiquetó un exagerado fundamentalista que, los momentos como éste de pretendidos ideologismos, suelen generar.
Marcos Gutiérrez, abanderado de Raverta y de La Cámpora logró un 20 por ciento de los votos, con alrededor de 70 mil votos, es decir unos 20 mil menos que fueron desde la tijera hasta la cuenta de Cristina. Cosas de quienes proclaman que están “con el otro”, pero sólo suman para ellos mismos. Entre los tres primeros, estaban dos, Gutiérrez y Daniel Rodríguez que van por la reelección, el último mencionado entre concejalía y diputación ya estuvo 20 años prendido a la teta del Estado, Raverta va hacia el octavo año al igual que el heredero mayor.
Que Cristina les cobre
Lo que recoge el subtítulo es el clamor de muchos peronistas-kirchneristas que sufrieron la afrenta del trato propinado por Fernanda Raverta conduciendo la lista de la peor Cámpora, que tiene amplia mayoría buena, no aquí, obviamente. Lo peor se vio sin dudas reflejado con el distrito de Maipú. De allí salió el poco destacado senador de la Cámpora Gervasio Bozzano que logró apenas 600 votos y el tercer puesto.
Raverta manejando la birome prestada por Máximo elaboró el listado para senadores de la 5a encabezada por el maravilloso Bozzano. ¿Cómo se ubicó Unidad Ciudadana en la 5a.? Segunda con dos senadores, uno el propio Bozzano y Mar del Plata aportó 86 mil votos para los 196 mil que consagraron al de Maipú y a Gabriela Demaría del Partido de la Costa.
Intenso debate en AM
En Acción Marplatense viven horas de intenso debate. Medían otra cosa pero fue muy baja la cantidad de votos que sacaron. Desde la dispersión de votos, con 25 listas de concejales, hasta el o indisimulable interés por lo nacional más que por lo local afectaron a la lista que encabezó Marcelo Artime. Sin embargo hubo también un triunfo demasiado ajustado sobre la lista de Juan Rey. El recién llegado a AM terminó apenas 4 puntos abajo de Artime.
Algo tendrán que revisar y evaluar si quieren un octubre más grato que el agosto que hoy los preocupa. Buena parte de ello está en sus propias manos. Ahora tendrán que ponerse de acuerdo sobre la forma de integrar la minoría. Según sostienen en el campamento de Artime, hay un reglamento aprobado por la junta electoral que dice que el que pierde tiene el 25% de los cargos. Rey dice que es el 20%. La diferencia lo ubica a él tercero o quinto. Esa será la próxima cuestión. Si quieren cuidar las expectativas tendrán que privilegiar la solución sobre intereses pequeños porque si a Acción Marplatense le va mal en octubre, también corroe sus expectativas para el futuro.